|| Autor Omar Lavalle

Cuauhtémoc Blanco jugó en equipos como América, Veracruz, Dorados de Sinaloa, Puebla y tuvo un paso efímero por el futbol europeo con el Real Valladolid. Mucha gente lo idolatra. Lo postran como un gran futbolista, pero en su trayectoria solo ganó un título de primera división con el América en el año 2005, una liga de ascenso con Irapuato y “dos grandes y muy importantes” Copas MX, una con Puebla y otra con Dorados. A nivel de Selección, ganó la Copa Confederaciones en 1999, el que, considero, fue el único título importante en su carrera.  Creer que eso significa ser un gran futbolista, es de ingenuos. Nunca fue de mi agrado Cuauhtémoc. No me gustaba su estilo ni su juego. Tenía que ver quizá por mi afición al Cruz Azul y mi aversión al América, pero todo quedaba en un simple comentario durante los noventa minutos que duraban los partidos, en los que este personaje protagonizaba festejos iracundos y burlescos. Si hablan de grandeza en nuestro futbol, hay que nombrar a Hugo Sánchez, Rafael Márquez y  quizá el “Chicharito”, junto con otros más que desarrollaron su carrera en Europa, lugar en el que todo futbolista desea incursionar. En el caso del nuevo diputado, no fue así. Hace unos días, el ahora “político” fue captado jugando pádel en una sesión de trabajo de la Cámara de Diputados. Deben estar orgullosos por el desempeño de su diputado los que votaron por él. El exfutbolista es cínico. Mencionó que “su corazón necesitaba moverse”, sí, señor, qué bueno que cuida su salud, pero tiene muchos momentos para hacerlo, no cuando está en la labor por la que fue escogido. Eso es querer verle la cara a la gente. El concepto de servicio, de trabajo y de genuino compromiso con la ciudadanía no cabe en el actuar de este político que solo terminó la secundaria. Los estudios no son un parámetro para determinar el éxito o la personalidad. Hay gente que solo cursó la primaria y se han desarrollado exitosamente en una profesión u oficio. La cuestión es que, en este caso, hay falta de sentido común y responsabilidad que nada tiene que ver con el nivel de estudios. ¿Cuándo actuarán los partidos en torno a las actitudes de sus miembros? ¿Por qué este tipo nos sigue representando? El país atraviesa problemas serios e importantes. No solo el cataclismo ocurrido en Poza Rica, sino también el crimen organizado, la incertidumbre económica, la corrupción y la falta de oportunidades. Temas que venimos arrastrando de antaño y que no permiten el desarrollo de la Nación. Por cierto, el ahora diputado, fue acusado por su media hermana de violación. Además de otra acusación por peculado cuando fue gobernador de Morelos. No fue desaforado. Mantiene el fuero. Sigue como si nada jugando al pádel. El diputado ha demostrado que basta con ser mediático y mediocre futbolista para ser votado. Así es el nivel de decisión de muchos votantes. Así está nuestro país con relación a la elección de los representantes. Basta con escuchar la discusión del “diputado” Sergio Mayer con Joaquín López-Doriga por el baile que hubo en el Palacio Legislativo. También al flamante senador con licencia, Gerardo Fernández Noroña, subiendo un video llorando ridículamente por la gente en Palestina cuando su país se cae a pedazos. Por cierto, este señor ha cambiado su retórica sobre la austeridad desde hace tiempo y ya paga vuelos privados y compra casas de lujo.  Deberían estos espacios y puestos, tenerlos mujeres y hombres que desean realmente trabajar. Que tienen vocación por el servicio público. Que quieren que el país crezca y no solo inflar sus bolsillos. En ese sentido, las palabras de Pepe Mujica resuenan en mi mente: “La política no es para hacer plata, el que no tenga esa vocación que se dedique al negocio…”. Tal parece que a muchos que pensaban así, se les olvidó lo que es representar al pueblo.

Para cerrar este escrito cuyo protagonista es el “Cuau”, nuestro amado futbolista que ganó un título local importante y uno internacional a lo largo de 23 años de carrera, hay que enfatizar que ahora este señor, toma decisiones de gran envergadura que determinan el futuro de nuestro país. Sí, el mismo que actuó junto con Carmelita Salinas (también diputada por el PRI), en una novela, se encarga de legislar. Ojalá no efectúen el sufragio de nuevo por esta persona. Ahora, si usted quiere reírse un rato y pasar un momento agradable, visite sus redes sociales. En Facebook habla sobre iniciativas de ley y aprobaciones de dictámenes, como el proyecto de decreto que expide la Ley Orgánica de la Armada de México. No sé si su equipo de comunicación le explica lo que significan los términos, por si le llegaran a preguntar los periodistas, para que no quede tan mal ante el público.
Como futbolista fue demasiado sobrevalorado. Fue bastante mediano. Como político, mejor no mencionamos el adjetivo que merece.

Deja un comentario

Tendencias