|| Un sueño convertido en realidad para la selección de Cabo verde, que clasificó a su primer mundial, siendo el sexto país africano en clasificar a la justa mundialista y la vigesimosegundo selección del mundo

Cabo Verde dio un paso gigantesco al asegurarse un lugar en la Copa del Mundo 2026, logrando por primera vez en su historia el pase al torneo más importante del fútbol. El equipo lideró con autoridad el Grupo D en las eliminatorias africanas, dejando atrás a selecciones de peso como Camerún. Con su victoria sobre Esuatini en la última jornada, los “Tiburones Azules” confirmaron su clasificación con una actuación convincente.

En ese encuentro decisivo, los goles de Dailon Livramento y Willy Semedo, ambos en la segunda mitad, sellaron el 2-0 definitivo que hizo estallar de alegría a toda la nación. Cabo Verde cierra su campaña con un registro impresionante: siete triunfos, dos empates y apenas una derrota en todo el proceso clasificatorio, mostrando consistencia y madurez futbolística.

Este histórico boleto no solo tiene valor deportivo, sino que representa la culminación de años de trabajo, inversión y desarrollo en el fútbol del archipiélago. La expansión del Mundial a 48 selecciones abrió una oportunidad que Cabo Verde supo aprovechar al máximo, consolidando un proyecto que combina talento, disciplina y visión de largo plazo.

El equipo dirigido por Pedro Brito “Bubista” ha sido ejemplo de planificación y compromiso. Bajo su mando, la selección ha consolidado una identidad basada en la solidez defensiva, el orden táctico y la velocidad en transición. Además, el crecimiento del fútbol caboverdiano se ha visto impulsado por programas de infraestructura y formación que fortalecieron las bases del deporte en el país.

Entre los pilares de esta gesta figuran jugadores con experiencia internacional como Ryan Mendes, Dylan Tavares, Jamiro Monteiro y el arquero Vozinha, quienes aportaron liderazgo y jerarquía en momentos clave del camino.

La clasificación de Cabo Verde al Mundial 2026 marca un antes y un después en su historia deportiva. El logro ha generado un sentimiento de orgullo nacional que trasciende el fútbol, convirtiéndose en un símbolo de unidad y esperanza para toda una generación.

Con una base sólida y un grupo comprometido, los “Tiburones Azules” ahora miran hacia Norteamérica con la ilusión de seguir haciendo historia. Su participación en la próxima Copa del Mundo no solo coronará un proceso ejemplar, sino que mostrará al mundo que el trabajo sostenido puede convertir los sueños en realidad.


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