|| La ficción sobre Roberto Gómez Bolaños abordó uno de los pasajes personales más controvertidos de su viuda: su relación con Carlos Villagrán «Quico»

Desde el estreno de Chespirito: Sin querer queriendo, Florinda Meza ha recurrido a sus redes sociales para hacer frente a su rol antagónico en la ficción de HBO Max. Tras el estreno del episodio seis, la actriz estará más activa que nunca.

El antepenúltimo episodio de la primera temporada ha sido, hasta ahora, el más fulminante para Meza.

El capítulo se centra en la década de los años 70, periodo marcado por el ascenso al éxito de Roberto Gómez Bolaños en Canal 8 y, posteriormente, en Televisa, así como por el declive de su matrimonio con Graciela Fernández.

En medio de ambos acontecimientos, la ficción aborda las tensiones que Florinda Meza generó en los programas Chespirito y El Chavo del 8. En 1974, María Antonieta de las Nieves temía encasillarse en el papel de La Chilindrina. Tras sostener una difícil conversación con Gómez Bolaños, le explica que dejará el programa para reinventarse.

De las Nieves condujo el programa infantil Pampa Pipiltzin, de la entonces Imevisión. El proyecto no tuvo éxito y, un año después, se reintegró a Chespirito.

Su regreso despertó alegría en el elenco, excepto en Florinda Meza, quien increpó a Roberto Gómez Bolaños y le exigió que le diera el lugar que se había ganado durante la ausencia de María Antonieta de las Nieves.

Dos años después del regreso de De las Nieves, Roberto Gómez Bolaños le comunica al elenco que, tras el éxito del álbum con temas infantiles editado un año antes, grabarían un nuevo disco, esta vez con la participación de todos los actores.

La noticia no fue bien recibida por Carlos Villagrán, quien le dijo a Bolaños que debió consultarlo antes, pues había firmado un contrato de exclusividad con una disquera ajena a Televisa que le impedía participar en las grabaciones.

Aunque Chespirito le reclama haber tomado la decisión sin consultarlo, Villagrán responde que él hizo lo mismo. Finalmente, Horacio Gómez, quien se encargaba de los temas administrativos que Chespirito no quería atender, resolvió la situación.

En una junta donde se comunicó que la grabación seguía en pie, Carlos Villagrán externó su molestia por una serie de acuerdos firmados por Gómez Bolaños para la comercialización de productos e historietas sobre El Chavo del 8.

Villagrán, en tono irónico y retador, preguntó si esta vez sí les pagarían lo justo por ello. Horacio, molesto, lo llamó malagradecido.

La discusión escaló y Chespirito intervino. Villagrán salió de la sala al no tener el apoyo de nadie más y fue seguido por Florinda Meza, con quien en ese entonces mantenía una relación extramarital.

Meza, apoyando a Chespirito, le pidió a Carlos Villagrán pensar las cosas y aprender a manejar el éxito, a lo que el actor respondió que para un hombre no es tan fácil como para una mujer: “No lo podemos manejar todo con una falda y un escote”, le reclamó. Meza, furiosa, lo llamó “pend***” y dio por terminada su relación.

Meses después, se organizó una fiesta en honor a Chespirito en Televisa, donde Graciela Fernández decidió no asistir. En ese momento, el éxito de su esposo había impactado su matrimonio e incluso la dinámica del escritor con sus hijos, a quienes prácticamente no veía.

En la fiesta, Gómez Bolaños observa el nacimiento del romance entre Florinda Meza y Enrique Segoviano, director de escena del programa. El escritor no puede ocultar sus celos.

Ante la insistencia de la producción, Graciela Fernández asiste a la fiesta solo para ver a Gómez Bolaños rodeado de personas. La imagen resulta desconcertante para ella, pues ya no reconoce a su esposo.

El episodio concluye con Roberto Gómez Bolaños siendo detenido por Florinda Meza, quien le pide soltar el pasado para disfrutar el éxito del presente.

Deja un comentario

Tendencias