Por: Omar Lavalle

¿Qué es el populismo?Por: Omar Lavalle

Hace unos meses, mi padre supo por medio de una revisión de rutina, que tenía una enfermedad algo complicada. Dicha enfermedad debía atenderse con un tratamiento cuyo presupuesto es alto.

El Instituto Mexicano del Seguro Social fue el que se encargó de subrogarlo a una clínica privada que tenía la tecnología necesaria para llevar el tratamiento. Cuando lo acompañé al IMSS de nuestra ciudad, la puerta del consultorio donde lo atendieron no funcionaba bien. La manija solo estaba de adorno y la puerta rozaba el piso al momento de moverla, por ello uno debía hacer algo de fuerza para que embonara con el marco y pudiera cerrar correctamente. La doctora que vio su caso, es la única especialista de la ciudad laborando en el IMSS que atiende situaciones como la de mi papá; muchas personas, muchos tipos de enfermedad y muchas horas. Es decir, una sola persona atendía lo que quizá cuatro doctores en equipo podrían atender eficientemente.

Los asientos del consultorio tenían el forro destruido, por lo tanto, debías sentarte en la orilla de la silla para no sentir el fondo de esta. El enfermero, cuando le tomó la presión a mi papá, le pidió que sostuviera su brazo (así no debe tomarse la presión) y le sugirieron que algunos estudios se los hiciera por fuera, o sea en un hospital privado. El desabasto de medicamentos, por ejemplo, medicamentos de control de padecimientos crónicos como hipertensión, diabetes, artritis y medicamentos oncológicos, es una realidad.

Falta de oportunidad en la atención de pacientes en la consulta; personas que pasan meses sin tener cita con un especialista y deben buscar en el sector privado su valoración, lo que genera un gasto extra de los que ya tienen. Pacientes que necesitan una intervención quirúrgica y tardan más de un año esperando ser programados. Todos estos, son unos cuantos ejemplos de los problemas del sector salud. El lector puede preguntarse, ¿por qué habla del Seguro Social, si el título habla del populismo? La respuesta es que nuestro expresidente, Andrés Manuel López Obrador, celebró en su último informe de gobierno que el sistema de salud mexicano era mejor que el danés. Una falacia total.

Empero, mucha gente podría considerar posible esto, ¿a qué se debe? A las características del discurso de López Obrador, un discurso demagógico y populista, pero ¿Qué es el populismo? Se puede considerar un concepto polisémico que abarca significados dependiendo el contexto, aunque una concepción práctica para este escrito sería la del discurso que expresa una visión maniquea, en el que permanece una lucha entre el bien y el mal. Las élites representan todo lo negativo. El pueblo es lo positivo y correcto. Partiendo de esta percepción, decir que el “pueblo es bueno y sabio”, es sin duda, un recurso populista.El populismo se relaciona con los movimientos de izquierda: Hugo Chavez, Fidel Castro, Nicolás Maduro, Evo Morales, Andrés Manuel López Obrador, representan esta visión, visión que se alimenta del anticapitalismo, de la idea de la distribución de la riqueza y rechazo a las élites, idea en la que se promulga que el pueblo debe luchar contra el sistema. Por otro lado, los líderes Javier Milei, Donald Trump, Jair Bolsonaro y Silvio Berlusconi, son ejemplos del populismo de derecha, cuyos elementos más representativos son el conservadurismo, un nacionalismo exacerbado, políticas proteccionistas e ideologías antimigratorias.Los líderes de esta índole nos han dejado divertidos y memorables acontecimientos. Recuerdo cuando el “Presidente” Nicolás Maduro decretó en el año 2024 que la Navidad en Venezuela se adelantaría al 1 de octubre. No olvidemos que en plena pandemia, el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, mencionó que ante la posibilidad adquirir la enfermedad, la fuerza del presidente era una fuerza moral y no de contagio, por eso no había que realizarle la prueba de coronavirus. También podríamos hacer un esfuerzo y traer a la memoria a Hugo Chávez, diciéndole “diablo” a George Bush en plena Asamblea General de las Naciones Unidas. También este exmandatario, en su programa “Aló Presidente” demostraba que todo se podía cumplir; solo usted necesitaba darle un “papelito” y escribir lo que necesitaba. El presidente se lo cumpliría. Si esto se hubiera fusionado con políticas inclusivas que fortalecieran el desarrollo de Venezuela, quizá hubiera sido algo a imitar y copiar por parte de otros gobernantes, pero sabemos que no es así.Ahora bien, el pasado 13 de julio del 2024 en medio de su campaña política en contra de la migración hacia su país y con su retórica de “Make America Great Again”, Donald Trump, recibió un balazo en la oreja derecha. Parece que este acto violento ensalzó su figura, su leyenda, su estatus de héroe de la nación, de “superhombre” que sale con el puño levantado y mitifica su nombre en la política y en la cultura estadounidense. El balazo ayudó a Trump a consagrarse para ganar la elección.No hay que ir a otro a continente, parece que el nuestro goza de mucho populismo. En Brasil, el ejemplo se concreta en algunos personajes, desde Getúlio Vargas, el político más polémico del siglo XX en dicho país, hasta “Lula” Da Silva, a quien lo envuelve una historia de esfuerzo y liderazgo. De ser un niño que vendía naranjas y boleaba zapatos en São Paulo, se convirtió en Presidente de su nación. A través del sindicalismo, labró su carrera política, a través de su palabra de convencimiento, agilidad para responder y porque “cae bien”, logró mover masas, a través de la creación del Partido de los Trabajadores (PT) consiguió llegar a la silla mayor con mucha paciencia. Lula, lo intentó tres veces y fue hasta la elección del año 2002 que por fin pudo concretar el sueño de un Brasil más justo, un Brasil “del pueblo”. Historia parecida la de López Obrador en México; lo intentó dos veces en las elecciones del año 2006 y 2012 y en 2018 (la tercera es la vencida) triunfaría para convertirse en presidente. No olvidar que también fundó un partido político en el 2011, MORENA y que su principal misión fue que el pueblo de México tuviera voz, que los “fifís” y los neoporfiristas, dejaran a un lado el poder. Divide y vencerás. Ejemplos, historias y anécdotas sobran, escudriñar este tipo de discurso es indispensable para comprender nuestra política. Cada vez, la figura del político populista se generaliza más y las ideas y propuestas contienen siempre el factor de división, la división de personas, de grupos sociales, de la nación.Nuestro país ha vivido desde hace años problemas en su estructura política. La hegemonía del PRI, provocó un gran descontento que lo supieron aprovechar figuras como López Obrador (él mismo perteneció al PRI), pero ¿MORENA ha solucionado los problemas sistémicos de México? NO. No ha habido una solución concreta partiendo de la premisa de que el pueblo es quien tiene la razón, o de la búsqueda incesante por dividir comentarios y posturas, es complicado obtener soluciones. Una gran base de miembros de este partido, fueron priistas o panistas, la última adquisición de MORENA ,Miguel Ángel Yunes Márquez, cae en el descaro total por la falta de coherencia en su afiliación. México no tiene el sistema de salud de Dinamarca. Tampoco ha cesado el crimen organizado. Por el bien de México, el discurso debe cambiarse a uno inclusivo, donde el bien común persista y no haya diferencias entre los fifís y no fifís.

A nuestro país lo formamos todos.

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